lunes, 10 de agosto de 2009

capitulo 2: La “familia”

En ese momento lo único que fui capaz de razonar y pensar claramente fue en donde huir, no tenía a ningún familiar, así que me fui a la casa de unas amigas de la cuidad, ellas era lo más cercano a una familia real, cuando llegué a su calle, ella estaba jugando con el resto del grupo, habían varios autos lo cual me ayudaba si pasaba alguna patrulla, porque así me escondería en el momento oportuno.
Me encantaba su barrio, las casas eran tan lindas, algún día yo viviría ahí, cuando fuera grande, todas las casas tenían un estilo propio, eran todas iguales pero aún así se diferenciaban, cuando llegué a la esquina mi amiga Daniela me divisó y alzó su mano para saludarme, siempre la encontré una niña tan linda siempre andaba vestida con cosas preciosas y por supuesto su hermana también, me encantaba verlas, eran las dos tan iguales que a veces me mareaban, eran como dos gotas de agua pero a la vez como el agua y el aceite, no se parecían en nada y a la vez en todo.
─ Hola Anny ¿como estas? ─ me preguntó,
─ ¿Anny está aquí? ─ pregunto Camila─ oh! Si ya la veo, Hola Anny ven con nosotras. ─ me invitó.
Corrí humanamente a abrazarlas, aunque ellas ya sabían cuál era mi velocidad real, pero no me gustaba asustarlas, ellas eran mis mejores amigas, con las quienes pasaba arto rato charlando y chismorreando, su mama era una de esas personas que uno no puede negarle un abrazo, tan amorosas y educadas, y sobre todo amorosas, un dulce de caramelo. Las abracé ─ ¿Cómo están niñas? tanto tiempo sin verlas, vine hace unos días pero no estaban, ¿Dónde habían ido? ─ Siempre venia a verlas muy seguido, ellas eran mi única entretención, además su mama era tan amable conmigo, ella sabia mi historia de que era huérfana y creía yo vivía en un orfanato, a veces cuando llovía en el invierno, me venía para acá, ya que mi casa se inundaba, eso si los días de sol no venia mucho por la luminosidad de mi piel en esos días, no podía dejar que descubrieran nada, por temor al rechazo, no porque no quisiera.
─nos fuimos a la playa unos días que a mis papas les dieron el día libre, te extrañamos Anny─ me dijo Dani mientras me abrazaba junto a Camila, en eso vi que se acercaba otra persona más, una pequeña niñita─ hola, ¿quién eres tú? ─ le pregunté. Algo le dio miedo porque salió corriendo y entro en la casa de mis amigas.
─ Y ¿quién era ella chicas? ─ les pregunté a mis amigas.
─ Ella es nuestra prima se llama catalina, es un poco tímida, no le tomes atención, oye anda a saludar a mi mama que te ha extrañado bastante, nos tenias botadas─ dijo Cami riendo.
─ Si no sabes cuánto ha dicho, que la Anny no viene porque ya no nos quiere─ decía la Dani─ se olvido de nosotros. ─
─Chicas, ¡¿Cómo me voy a olvidar de ustedes?! , voy ahora a saludarla ¿está en la casa? ─ pregunté.
─ Si─ contestaron las dos al mismo tiempo, y corrieron hacia la casa ─mamá, ¿A que no adivinas quién vino? ─ decía la Cami,
─La Anny mamá, nos vino a ver… ¡ouch!─ le reclamo Dani a Camila ─ ¿Por qué me pegaste?
─Tonta, ella tenía que adivinar ─ le contestó Cami enojada.
─ ¿y qué tiene que le haya dicho? ─ reclamaba Dani.
─Que no tenias que ayudarla zopenca─
─ Chicas déjense de peliar, si da lo mismo─ le dije intentando calmar la situación, era increíble cómo se ponían a discutir de la nada.─ Hola tía, ¿cómo está? tanto tiempo─ dije a la mujer que se encontraba en la puerta.
─ Anny, que sorpresa, te extrañaba mucho, ya bastante, que no venias, estas más grande ─ me dijo, ella tan amorosa y tierna conmigo, si pudiera elegir a una mamá, seria a ella. En parte aquí estaba mi familia, todos me querían mucho, hasta el perro.
─si tía yo también los extrañé, vine unos días pero ustedes no estaban, así que pensé que se habían ido de vacaciones como la última vez─ dije un poco sentida, esa vez se habían ido de vacaciones por dos semanas, yo vine varios días pero, nunca estaban, llegue a pensar que se habían ido y cambiado de barrio.
─ ¿De vacaciones? Pero querida si es pleno invierno─ me dijo en tono burlesco.
─ ¿qué onda Anny? andas en la luna─ me dijo la Dani riéndose
─ Bueno, ¿qué iba a saber yo? ─ le reproché. ─ En verdad tía yo no quería abusar de su hospitalidad pero tuve un problema con una niña en el orfanato y le quería preguntar si ¿me podía quedar acá un tiempo?, le prometo que no va a ser por mucho, a lo más hasta pasado mañana.
─ Pero como me preguntas niña, esta es tú casa, claro que puedes quedarte cuanto gustes─ me dijo con un tono de lástima.

Ese día dentro de todo lo ocurrido en el bosque fue el mejor, me quedé charlando con mis amigas, comimos, bailamos; la pequeña niña que me recibió cuando llegue se fue al rato ya que la vino a buscar la tía de mis amigas, era una niñita súper simpática pero muy tímida, así que no hablé mucho con ella. De tanto tontear me agoté, en la noche la mama de mis amigas me ofreció comida a lo cual yo me rehusé, no era que no me gustara pero ya había cenado el día anterior y mi comidas no eran tan seguidas como de un día para otro, generalmente pasaban dos o tres para que yo comiera algo, además la comida humana era bastante buena. A veces.
El final del día llegó, esa familia, Mi familia, había hecho una habitación para mí junto a las chicas, era una pieza pequeña, pero era mucho mejor que el árbol donde yo solía dormir. Cuando me quedaba allí dormía como nunca, eso sí que era un lujo.
A la mañana siguiente me levante un poco tarde, dormí con lo que tenia puesto, ya que no podía abusar del cariño de esta familia y pedirles más encima que me compraran ropa, no me lo podía permitir, tengo orgullo y dignidad. Me levanté y me dirigí al living donde se encontraban todos, apenas entre todos me miraban con cara de espanto ─ ¿Qué pasa? ─ pregunté.
─ ¿Cómo has podido hacernos esto? Nosotros que te hemos querido y te acogimos con todo el amor del mundo, que te apreciábamos como parte de la familia, ¿Anny porque? ─ preguntó la mama de mis amigas con lágrimas en los ojos.
─ ¿Qué es lo que pasa?, no entiendo nada ─ pregunté nuevamente confundida, de repente se me prendió la ampolleta y me acordé de lo sucedido esos últimos dos días, me puse pálida –más de lo normal– y comencé a transpirar helado, ¿Pero cómo se habían enterado?
─ ¡Mira por ti misma! ─ Me gritó Camila, me di cuenta que todos estaban mirando la televisión, me acerque temblorosa, observe lo que no me hubiera gustado ver jamás. Mi rostro estaba ahí con el título de “extraña criatura que habita en el bosque da muerte a oficial forestal”. ¡No!, ¡porque las cosas malas me suceden solo a mí!, en aquel canal de noticias estaban dando un reportaje sobre todo lo que había ocurrido ya dos días atrás; ¿Cómo se habían enterado?
Mire de nuevo a la familia, me acerque un poco, podía sentir que estaban asustados ya que sus pulsos eran más rápidos que lo normal.
─Esto es una broma mamá, mira si suena ilógico, un vampiro ¡bah!, hablan tantas ridiculeces, cierto Anny dile, explícale que es una broma─ decía Dani, no podía creer nada.
─yo…..─ no me podían salir las palabras
─ ¡¿yo qué?! ─ me gritó, quien yo consideraba mi madre.
─ Yo jamás les haría daño─ que tonto, pero era cierto, fue lo único que logre decir.
─ O sea... ¿Qué es cierto? ─dijo, me pareció increíble que creyera algo que sonaba tan mitológico con tanta facilidad. Levanto el teléfono y marcó el número de la policía, ─ quiero hacer una denuncia─ dijo mi madre putativa, no podía ser ¡me estaba delatando!
─ les juro que yo jamás les haría daño a ninguno de ustedes, por favor, no tengo a nadie más, son mi familia─ les rogué.
─ no… no sé quién eres, como pude dejar que mis hijas se hicieran amigas de alguien tan peligroso como tú, ¿Qué eres? ─ colgó el teléfono. Ya no podía hacer nada, no les quería seguir mintiendo, ¡Eran mi familia!
─ no les gustara saber─ contesté, eso era verdad.
─ ¿Qué eres?, ¡no lo voy a volver a preguntar! ─ me dijo, mientras observaba como Dani y Cami se escondían en el regazo de su madre, me tenían miedo, mis propias amigas, me tenían miedo, nunca quise eso, ese dolor, el rechazo no se lo doy a nadie, era lo peor, ese ha sido el peor momento de mi vida.
─ El peor ser del mundo, una vampi….─ no pude terminar la palabra, por primera vez me avergonzaba de lo que era.
─ Ándate de esta casa, nadie te quiere acá─ levantó el teléfono y volvió a marcar el número de la policía.
─aló, policía, habla Mónica─ escuché la voz al otro lado del teléfono.
─Quiero hacer una denuncia, la niña, esa que aparece en las noticias, la criatura del bosque, está aquí en mi casa, calle san Ignacio numero 22, por favor apúrense temo por el bienestar de mis hijas─ ¡Demonios! Me tendría que ir, dejar este país, mi casa, mis arboles, mi bosque. Gruñí, y camine hacia la puerta, tenía un dolor dentro que era insoportable, pero ya era tarde, no podía esperar a que llegara la policía. Caminé lentamente, no quería seguir asustando a mi familia, porque yo la seguía sintiendo así, y ya no quería seguir defraudándolas, abrí la puerta salí a la calle, cerré de un portazo, el enojo conmigo misma era absoluto casi rompo la puerta de la casa, en eso oí a lo lejos las sirenas de los coches de los policías, no debían estar muy lejos, los sentía a mas o menos seis cuadras era un sonido bien fuerte, así que no lo pensé dos veces y me eché a correr no sabía a dónde iba, ni miraba el camino, iba ensimisma en todos mis pensamientos, en eso no me di cuenta y choqué con un auto policial, quedé un poco aturdida por el golpe pero no podía perder más tiempo.
El policía que conducía el auto se bajo de inmediato
─ ¡Alto ahí!, queda detenida─ decía mientras me apuntaba con el arma de servicio al igual como lo había hecho el poli en el bosque. Estaba aterrada, solo reaccioné a seguir corriendo, corrí como nunca había corrido en mis cortos años de vida.
Aterrada como estaba no había nadie quien me parara y corrí con dirección hacia el sur, hacia lo que en los mapas se llamaba Estados Unidos, me había memorizado cada uno de los países del mapa con sus estados, ciudades y pueblos. Podía escuchar la carretera a un costado, sentía los autos pasar a gran velocidad pero no una mayor que la mía, los dejaba atrás rápidamente, corrí a través de la espesura de los bosques canadienses, cada árbol una lagrima, mi vida entera desperdiciada, dos años, quizás no mucho, pero nadie tenía el derecho a quitarme nada, ¿Por qué a mí? Ya nada tenía sentido, me sentía sola, sin amigos ni hogar.
Me sentí tan abrumada, el nudo que tenía en el pecho se hacía cada vez más y más grande. El gran bosque se convirtió en una gran masa verde, la cual ya no quería mirar más.
De pronto todo empezó a darme vueltas, me sentía mareada, el aire no me entraba en los pulmones, me caí al suelo, estaba húmedo y olía mal como entre musgo, algo secante y madera pero no me importo solo me quede ahí, ya no sentía mi cabeza, ni mis mano, ni mis piernas. Ya era de noche, no sé cuánto tiempo estuve inconsciente, ¿de verdad me desmayé?, esa reacción no era algo común en mí ¿Por qué me pasó?, me levanté, estaba totalmente desorientada, ¿Dónde estaba? Era como un lugar más cercano a la carretera que podía sentir no muy lejos, ¿De verdad había pasado todo o era solo un mal sueño? Me sentía todavía con el nudo en el pecho, me paré y caminé por el camino embarrado y fangoso entre los árboles hacia donde veía algunas luces a lo lejos, camine rápidamente todavía me tambaleaba pero logré mantener el equilibrio y llegar al lugar de donde provenía aquel pequeño resplandor luminiscente, era una ampolleta en el techo de una cabina, donde se encontraba un hombre durmiendo, atrás de esta pequeña casita había una reja grande con alambres en la parte superior y un cartel que decía “frontera”, ¿Ahí terminaba Canadá?, me acerque más y pude ver hacia un costado habían mas cabinas como esta, del otro lado de la reja habían policías. Quise seguir y ver hasta donde llegaba, corrí por todo el borde lleno de arboles y vegetación, del otro lado no era muy distinto, cada unos 30 metros había una cabina, finalmente llegue al mar, nunca lo había visto en vivo, solo por televisión o fotos, era tan inmensamente grande y bello, con un tono turquesa que resaltaba su esplendor incluso de noche.
Ya no tenía nada más que hacer, solo me quedaba cruzar la maldita rejita que dividía el terreno nacional, en ese momento en el cual cruzara apenas unos metros dejaría de ser una persona en territorio nacional para convertirme en una extrajera, un ser totalmente ajeno en una patria totalmente distinta.
¿Qué iba a hacer ahora? Ya no tenía un propósito, ni una casa, ni nada, solo vagar para buscar comida, crucé hacia el otro lado de la cerca, hasta se sentía distinto, siempre pensé que cruzar los supuestos “limites” entre países era mucho más difícil, pero no, solo tuve que poner la pata al otro lado y listo.
Corrí de nuevo en línea recta hacia el sur, cuando sentí el aroma de algo o alguien, un aroma tan dulce pero no me era para nada apetecible, jamás había sentido un aroma así, se parecía un poco al mío pero era mucho más marcado y fuerte, eso solo podía significar una cosa ¡no era la única de mi especie! Habían más, no estaba sola.
La felicidad me invadió repentinamente, dentro de todo lo malo que me había pasado en estos últimos días podía sentir una pizca de esperanza para encontrar respuestas, sin pensarlo dos veces me puse a seguir el rastro, corrí como loca, nunca antes había sentido tanta ansiedad, no me importo donde estaba, si conocía el lugar o no, solo necesitaba encontrar a ese ser que tenía todas las respuestas que yo necesitaba saber.
El rastro me llevó hacia una carretera donde se encontraba un enorme cartel que decía “Seattle” en letras blancas y gordas en un fondo azul que deslumbraba en la oscuridad con flechas que indicaban seguramente el camino que los autos debían tomar para llegar a ese destino. El rastro parecía cruzar la carretera atestada de autos, lo cual me pareció alocado, no quería morir o por lo menos no ahora, menos atropellada por un carro. Mire hacia a mi alrededor lleno de árboles, no sabía que especie eran, se parecían a los que dibujan los niños para las navidades ¿pinos?... bueno, los que fueran, habían muchos y delimitaban la carretera con el resto del bosque. A lo lejos pude ver una pequeña pasarela, en realidad no estaba tan lejos, era solo la impresión, cuando llegué a ella se veía bastante venida a menos, me pregunté si era segura, aunque era de cemento tenía varias grietas que demostraban el poco uso que le daban los humanos. Ahora mirando detenidamente a mi alrededor, no había ninguna casa cerca, solo una larga carretera, árboles y… mas árboles, que lindo y variado paisaje ¿no?; empecé a dudar si cruzar o no, pero la curiosidad me estaba matando casi literalmente, era demasiada la necesidad de saber quién era, además no le pasaría nada al pequeño puente venido a menos si pasaba corriendo ya que técnicamente mis pies casi ni lo tocarían, — Ya — me dije a mi misma — Cruza rápido y no mires para abajo…en realidad no mires nada.
Que estúpido, seguramente era el único vampiro con vértigo en el mundo… si es que habían más, me reí de mi estupidez interna mental —vampira miedosa — me recriminé, solía tener platicas con yo, descubrí que soy bastante simpática.
Crucé la maldita pasarela corriendo con los ojos cerrados, esto sí que era terrorífico, peor que cuando el poli me apuntó con la pistola. Ya al otro lado de la carretera, en tierra firme de nuevo volví a buscar el rastro que estaba siguiendo, traté de divisar alguna sombra, alguna persona, algún indicio de vida, pero lo único que había ahí eran los autos que pasaban con gente dentro a unos 145 km/Hr. Promedio, me adentré en el bosque y encontré nuevamente el rastro, lo seguí todo lo que me dio la nariz y los ojos, eso era agotador, ya que a veces se perdía u otras veces daba en círculos, tenía un recorrido bastante particular, en uno de los círculos fue cuando me topé con un lago precioso en el cual se reflejaba la luna y mi cara, se veía demacrada, ¿Cuánto había pasado desde la última vez que comí? Ya no lo sabía, debían ser unos 3 días a lo mucho, no sentía hambre, quizá me veía así por las situaciones ocurridas en el transcurso de la semana, vi la luna, la posición en la que estaba ¿Qué hora seria? Ya me estaba empezando a dar sueño, pero mi búsqueda todavía estaba inconclusa ¿Qué pasaría si aquel ser, mañana ya no estuviera? Tenía que seguirlo ahora mientras todavía fuera reciente el rastro, después ¿qué caso tendría seguir una búsqueda si igual esa persona ya no estaría aquí?, tome un poco de agua del lago ya que estaba un poco sedienta, pero no de sed de hambre, si no que sed de hidratación, ¿Cómo era posible tantos mitos acerca de vampiros y ninguno correcto?, “solo se alimentan de sangre” ¡qué va!, patrañas, volví a mi misión, encontrar al otro vampiro o lo que fuera que fuese.
Corrí pendiente de cada esencia que sentía mi nariz, el rastro se mezclaba con el olor a madera húmeda y tierra propio del bosque, a través de los ¿pinos?, me sentía tan bien con el viento en mi rostro, un poco cansada, pero esta pequeña búsqueda me mantenía despierta y con la mente ocupada, así no podía pensar y tomar caldo de cabeza en todo lo sucedido, me hacia bien. Me desperté sintiendo la lluvia en mi cara ¿En qué momento me dormí?

sábado, 1 de agosto de 2009

aqui el primer capitulo

"Accidente"
Hace días que las cosas no andaban bien, todo desde aquel “incidente” que, para mí, no era la gran cosa, solo una rutina cuando se me presentaba la ocasión. Antes no eran tan alborotados.

Todo empezó “ese” día, estaba tan aburrida y paseaba por el bosque, cuando me encontré con un pequeño lobito, se veía bastante entradito en kilos para su tamaño y tenía un pelaje negro jaspeado muy lindo. Me llamó la atención tenía cara de querer jugar, me acerque a él, pero parece que no le agradé mucho porque apenas me olfateó, salió corriendo. Me pareció tan entretenido verlo huir despavorido que comencé a seguirlo rastreando su olor. Así anduve todo el día, persiguiendo al pequeño lobezno. Me sentía una muy mala persona acosándolo, pero ¡vaya!, la entretención era demasiada, así que olvide cargos de conciencia y seguí, hasta que el lobito llego con su madre.

En ese momento sentí un nudo en mi pecho, tenía que dejar eso de lado, no podía ser que cada vez que veía a alguien con su madre me afectara tanto, quizás fuera porque yo nunca conocí a mis padres.

Dejé ahí concluida mi persecución y me apronte para ir a mi casa ­– un árbol ahuecado en el bosque- vivía como un ser salvaje y libre, no me di cuenta lo rápido que pasó el tiempo, ya era tarde, se estaba oscureciendo y empezaba a hacer frío.

Al volver el olor del lobito se cruzaba con uno completamente distinto, del olor amargo que hacia doler mi nariz, pasaba al dulce, que inundaba mi nariz y garganta. De momento sentí como la sed empezaba a quemar mi cuello y sentía como se me hacia agua la boca, ¡Que increíble lo que podían lograr aquellos y tan comunes aromas en mi!, aquel era reciente, por un momento deambule desorientada por el bosque, el olor ocupó en un cien por ciento mi mente y me hizo actuar de manera ilógica, logre volver a concentrarme y empecé a seguir aquel rastro por el suelo embarrado, me ensucie entera, pero nada me importaba, solo me dejaba llevar por mis instintos, ese olor me era muy familiar, seguramente era un humano que se había perdido en el bosque.

Últimamente andaban muy distraídos, ya que regularmente tenía visitas inesperadas, con lo que mis cenas eran bastante seguidas e incluso a veces innecesarias.

Mientras más me acercaba el aroma se hacía más y más intenso, era como el olor de la vainilla mezclada con el chocolate, me costó bastante concentrarme con aquel aroma revoloteando por mi cabeza.

Empecé a fantasear con aquella esencia y a pensar estupideces, me imaginaba a la persona dueña del exquisito buqué como una taza de un cappuccino, ya que si su sangre olía a vainilla con chocolate y es estaba tibia…. Si, ya lo sabía, mi cabeza estaba un poco defectuosa, me reí a hurtadillas, ya estaba cerca por que parece que el humano me escuchó y se alteró – ¿hola? ¡¿Hay alguien ahí?!-. Era la voz de un hombre. Me acerque cuidadosamente, pude ver que era un policía forestal de la zona, por la forma en la que estaba vestido, era alto con el pelo color castaño oscuro y de tez pálida.

-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?- dijo nuevamente, no pude calcular su edad, en verdad nunca e podido hacerlo, no sé cómo funciona el tiempo para ellos, porque para mí claramente funciona distinto, yo en ese momento tenía dos años y medio aparentaba quince o dieciséis. Según la mamá de una de mis amigas, generalmente jugaba con humanos, obvio, no me voy a quedar sola en el bosque jugando con ardillas y pájaros, Además una persona como yo, tan simpática, amorosa, educada y carismática………creo que soy un poquito egocéntrica. Nunca he atacado a los familiares de mis amigos, solo por educación y protocolo, como me enseñaron en la escuela, por un tiempo me dio por seguir a mis amigos y fui. Frente a mis amigos y sus familias yo fingía ser humana lo más posible.

Aquel hombre según el parecido con los humanos que yo conocía, no debía pasar los treinta años, decidí acercarme y empezar mi actuación que ya formaba parte de la rutina.

-¿Hola?, ayúdame por favor –dije con tono de desesperación
- niña ¿qué haces aquí?- me pregunto el hombre
- Estaba con mis amigos, vinimos a pasar el rato acá al bosque y me dejaron sola-
-No te preocupes, yo te voy a ayudar a volver a casa, mi nombre es Aarón, ¿tu cómo te llamas?
- Anny – respondí al borde de ponerme a llorar.
-¿Cuanto tiempo llevas aquí?-
- Harto, tengo frío, el bosque me da miedo, quiero ir a mi casa, y ver a mis papás- se me quebró la voz en esta última palabra.

Se acercó para tomarme la mano; mientras la tendía hacia la mía -tenía que lograr que mi actuación fuera convincente- me aleje bruscamente y puse mi mejor cara de susto.
- No te preocupes, no voy a hacerte nada malo, confía en mí- sonrió y me tendió su mano nuevamente, yo acepte.

Me llevaba a la ciudad, lejos de la espesura del bosque, podía ver las luces de las casas a lo lejos en la oscuridad, se veían claramente cada una con sus ventanas, sus jardines, cada uno de sus detalles, seguramente él no podía ver aquel escenario tan bello para mi, ya era tiempo de empezar con la acción. Además el ardor en la garganta se hacia cada vez mas insoportable, a cada segundo me desesperaba más y más.

-Mis amigos fueron muy malos conmigo, no sé por qué me envidian tanto.
-Pero no tienes porque enojarte tanto.
- ¿Cómo que no? Me dejaron sola, me podría haber pasado algo.
- ya OK, pero cálmate.

Sin darme cuenta, me empecé a descontrolar, trate de calmarme imaginándome el sabor de su sangre en mi boca, me reí por que volvió a mi mente la idea del cappuccino, volví a desesperarme, me reí a carcajadas, pobre imbécil.
-¿Qué pasa? ¿De qué te ríes?- aquello me dio mucha más risa
-Es que me da risa que jaja eres jaja tan imbécil-
-a ver pequeña no me insultes-
-Eres muy idiota, pobrecito, de verdad me caíste bien, pero tu olor- me acerqué e inspiré profundamente a pocos centímetros de su mejilla- es demasiado exquisito, y mi garganta te reclama.
- Que imaginación tan grande tienes niña-

Sonreí mostrando mi blanca y afilada dentadura, pude ver en su cuello como el flujo de sangre aumentaba y sentí como su pulso se aceleraba. Me encanta hacer sentir pánico a mis presas antes de darles muerte, era más que nada un juego.
-Esto es una broma ¿cierto? Jajaja muy chistoso, ya chicos pueden salir, ya los pillé, a ver dime ¿donde están las cámaras?-
Me materialice detrás de él, mi velocidad era muy rápida para los ojos humanos, y ellos solo me veían como una mancha.
-Me encanta hacer juegos ¿Quieres jugar conmigo?- dije seductoramente mientras pasaba mi lengua por el contorno de mis labios. La cara del pobre hombre se deformó completamente, se dió vuelta bruscamente. Empecé a caminar lentamente hacia él con cara amenazadora, él comenzó a retroceder, comenzaba a entender lo que estaba sucediendo, yo era peligrosa.
- mmm en realidad se está haciendo tarde y yo no puedo tu eres menor de edad, así que mejor te dejo… que te vaya bien, adiós-. Y se echó a correr, en vano porque yo que soy buena le di tres segundos de ventaja, pero igual lo alcancé en fracción de segundo, y me materialice en frente de él deteniendo su paso.
-no tienes porque irte ahora, yo te puedo enseñar a jugar, mi juego te va a encantar –insistí nuevamente.
-no, no, no, gracias enserio te aburrirás conmigo-
- ¡Te he dicho que te quedes!
-¿Por qué haces esto?
-¿Que no ves que por diversión? ¿Acaso no te has puesto jamás a jugar con la comida de tu plato? deberías hacerlo es realmente divertido, Oh! Verdad que ya no lo vas a poder hacer- dije en tono burlón.
-¿Qué quieres de mí?- ya me estaba empezando a molestar con sus preguntas, gruñí, el tipo se echo a correr pero lo alcancé rápidamente me acerque e inspire nuevamente cerca de su cuello, el pobre tiritaba.
El juego había terminado, el tipo trató de zafarse e intentó luchar contra mí, pero para su desgracia yo tenía mucha más fuerza que él, dió un grito, pero ¿quién lo podría oír?, no había nadie más en el bosque, así que todos sus esfuerzos eran vanos, lo inmovilicé y clave mis dientes en su cuello, empecé a beber su sangre, mi imaginación no estaba tan errada, su sangre de verdad sabia como un cappuccino, venia de perilla ya que estaba haciendo frío.
Uno a uno fui saboreando cada sorbo que calmaba el ardor que se adhería a mi garganta.

Estaba tan ensimismada bebiendo mi cena que no me percate de unos ruidos que venían de las afueras del bosque, eran pisadas de tres personas.
Me apresure a terminar mi comida ya que sentía que aquellos humanos no estaban muy lejos, cuando ya los sentí bastante cerca me arrime al árbol más cercano y lo trepé, así no estaba tan lejos y podía curiosear sus actitudes, necesitaba saber que descubrían.
Llegaron gritando el nombre del humano al que yo había dado caza supongo.
-Aarón ¿eres tú?- grito uno de los hombres.
-¡No!- gritaron al unísono, ­─ ¿Qué le ha pasado? ─ dijo uno de ellos con la voz temblorosa al descubrir el cuerpo sin vida en el suelo.
Al parecer aquellos hombres conocían al humano que se encontraba a sus pies, los tres tenían una cara de espanto que a mí, me pareció muy chistosa, pero por ellos no me reí – tampoco era el momento –, espere a ver sus reacciones, cada uno tenía una expresión distinta, uno de ellos era alto delgado, de pelo negro como el carbón, parecía un fideo, era de tez damasco, tenía en su rostro marcado el espanto, según mi perspectiva, quizás estaba en shock, el segundo era de estatura media tenía el pelo café como el chocolate, en su cara habían unos pelos que formaban un cuadrado perfecto entre la nariz y su mentón, era muy extraño pero al parecer era la moda por que había visto a varias personas con ese look, además yo no podía entender como los hombres tenían tanto pelo, no es que yo sea lampiña pero tampoco soy un lobo, y también las mujeres humanas tampoco eran peludas, entonces no es que yo sea pelada por mi especie, aquel humano con esa extraña vellosidad en la cara tenía una expresión entre pena y rabia, y el tercero ¡uf! Pobre hombre parecía traumado, en shock, era el que estaba visiblemente más afectado. Tenía la piel rosada, pero su pelo era muy chistoso, era del color de una zanahoria, tenía bastantes puntitos en la cara y parecía estar bien alimentado.
─Aarón, amigo ¿por qué? ¿Qué te han hecho? Malditos animales─ decía el colorín en estado de shock
─ Alex saca a symon de aquí, llévatelo a otra parte mientras yo examino “esto”─ decía el de pelo negro al de pelo café.
─OK, Brad pero por favor llama a la ambulancia o a la patrulla que no debe andar muy lejos─

Alex hizo lo que le pidieron, y abrazó a symon ─Lo sé viejo, es terrible nadie se lo habría imaginado─ le decía mientras lo alejaba del lugar del suceso, mientras Brad se acercaba a examinar el cuerpo, primero le toco el cuello ─ No tiene pulso ─ dijo bajando el tono de voz, aunque seguía siendo fuerte, –era increíble como los humanos no se percataban de los sonidos ¿A caso eran sordos?– ni uno de los otros humanos se dió por enterado. No entendí para que le había tocado el cuello, si desde lejos se podía escuchar que aquel tipo que se encontraba tendido en el piso ya no tenía pulso.
─ Lo lamento chicos, Aarón está muerto─ dijo Brad, mientras le corría una lagrima por el rostro, se la seco rápidamente, – ¡Hombres!, ¿Por qué no pueden mostrar sus emociones? –, se escuchó el sonido del sollozo de los otros dos hombres que se habían alejado.
─ Que se supone que debemos hacer ahora ─ dijo Álex, con la voz aun quebrada,
─ Debemos llamar a la policía, chicos esto pasa, es lo que implica ser un guarda bosques, son los peligros que uno se expone día a día, piensen que Aarón siempre hizo lo que más le gustaba, servir a la comunidad… ─ empezó a dar un discurso memorial en honor a su compañero, ¡uf! Que aburrido, si el tipo se murió y punto, que pena, pero tanto alboroto, me aburre.
Paso una ardillita muy linda por mi lado, seguramente iba camino a su madriguera, era muy chistosa, sus ruidos me daban mucha risa, tenía el pelaje rojizo y el estomago de tono beige, empecé a juguetear con ella, mientras ella corría por la rama, se subía a mi cabeza y mordía mis bucles negros cerca de mí cuello, lo cual me daba muchas cosquillas, me descuide un poco me arrastre por la rama para escapar de la ardilla que estaba empezando a poner un poco sicópata, cuando sin querer me caí al suelo, no puede reaccionar porque no me había dado cuenta hasta que quedé en el suelo al lado del hombre tendido en el piso y sus amigos los cuales me miraban impactados.
─Oops! Sorry, no los quería molestar, no se preocupen me voy ahorita─ me asuste bastante, como me hubiera gustado saber lo que estaban pensando, me habría ahorrado bastantes problemas. Me acerque nuevamente al árbol y comencé a treparlo.
─ ¡Hey, niña! ¿No deberías irte a tu casa? ─ pregunto Álex.
─ Y… ¿a donde crees que me voy zopenco? ─ me devolví, le conteste casi innatamente
─ no seas grosera, acaso ¿no te han enseñado modales?, y… ¿Cómo es eso de te vas a tu casa, si estas trepando el árbol?─ ya no les tenía miedo, por lo visto eran bastantes estúpidos, ¿Cómo hacen preguntas tan obvias?, en eso escuche como symon le susurraba algo a Brad
─Mírale la boca, la tiene toda roja─ decía symon, me pase la mano por el contorno de la boca, en verdad estaba manchada, que estúpida seguía comiendo como un animal, me mire la manga ensangrentada de mi pequeña blusa roja, que había sacado de una tienda aprovechando mi súper velocidad, también había sacado pantalones y zapatos, unas deportivas que estaban bien lindas y eran bien cómodas, la sangre en la blusa apenas contrastaba, frote el brazo por el árbol para que saliera la mancha, gran error porque rompí la prenda. Alex se acercó y pasó su mano por mi boca, me limpio.
─ ¿Qué es esto?─ preguntó mientras se acercaba la mano manchada a la nariz para percibir el aroma de la sustancia.
─ Es sangre, ¿por qué tienes sangre en la boca? ¿Te golpeaste?─ Sus preguntas me desesperaban, mire al hombre tirado en el piso y me reí.
─ eh, si jaja ─ no me había percatado del aroma de aquellos hombres hasta el momento, olían bastante bien pero ya no tenía sed, estaba satisfecha. Me pasé la lengua por el contorno de mis labios, sin darme cuenta. Symon y Brad se dieron cuenta y me miraron feo, lo cual no me gustó y les gruñí, se asustaron bastante, dieron un paso atrás, mientras Alex estaba impactado, ─ ¿Quién eres? ─ me preguntó.
─ yo obvio, Preguntas tontas, ¿Quien más podría ser? ─ ya sabía que sus preguntas iban más allá pero tenía que callarlo, ya estaba llegando al pick de mi paciencia. Sonreí y mostré mis dientes afilados a ver si entendía, y parece que si entendió por que en el instante dió varios pasos atrás. Baje del árbol por que estar aferrada a un tronco cansa bastante, ya con los pies en tierra me acerque los hombres. Escuche algo ─ puede sonar ilógico, pero, creo que ella tiene algo que ver con la muerte a Aarón, créeme loco pero lo presiento ella tiene algo que ver, estoy casi seguro─ Le susurraba Brad a Alex en un volumen bajito al oído, ─ ¿Por qué crees eso Brad? ─ le pregunté curiosa.
─ ¡¿Como lo escuchaste?! ─ Me preguntó alarmado Brad, empecé a escuchar los sonidos de las alarmas de la policía, me tenía que ir, pero no antes de dejar total y completamente aterrorizados a aquellos débiles humanos. Me acerque a symon el que tenia un olor bastante agradable, inspiré profundamente cerca de él ─Hueles bien, fue un placer, pero me tengo que ir a dormir hace frio y tengo sueño, adiós chicos─ me fui adentrando al bosque, los pobres estaban anonadados con mis acciones, en cuanto pasé al lado de Aarón dije ─ Como lo siento, me habías caído bien, pero el hambre era más fuerte, gracias por la cena jaja─ me agache y le lengüeteé la mejilla, mientras veía de reojo las reacciones de los hombres que se encontraban allí, symon casi se cae en tanto los dos estaban pálidos y temblaban.
Me aleje lo suficiente para que no me pudieran ver en cuanto trepe un árbol, cuando oí las sirenas de los coches de los polis más cerca.
Volví al lugar donde se encontraban el bosque estaba obscuro pero podía ver las linternas de los policías, habían pasado unos 30 minutos desde que yo había dejado el lugar, arriba de los árboles tenía mucho mejor panorámica, cuando llegue, estaba el medio jaleo, los policías habían acordonado la zona, humanos iban y humanos venían, estaba le tremenda escoba eso sí, el humano cenado ya no estaba, y en su lugar había ¿Scotch?, cinta adhesiva de color que estaba ubicada en la forma del cuerpo, más apartados se encontraban los tres humanos, estaban hablando con los policías.
─ ¡lo lamio, lo lamio, lo lamio! Y se fue─ decía symon, jaja pobrecito quedo shockeado mire bien y uno de los policías –el que hablaba con Alex – tenía en sus manos un retrado de mí, ¿En qué momento lo hizo? Si no me había visto, eso era realmente malo, ahora me podrían encontrar, no sabía lo que habían hablado los tres hombres con los policías, pero no les tome importancia, como les iban a creer, la historia sonaba realmente desquiciada. Me fui, deje que los humanos hicieran lo que quisieran total, nunca iban a descubrir nada.
Me fui a mi cama ya no tenía nada más que hacer, era de madrugada, tenia sueño , estaba bastante cansada, había sido un día agotador.
Cuando llegue lo primero que hice fue acomodar los cojines que se encontraban adentro del árbol, siempre agradecí –a lo que fuera – por haber hallado ese árbol tan grande y cómodo. Me recosté y me puse a pensar en lo que ocurriría si descubrieran la verdad de lo sucedido. Sacudí la cabeza, por que no lo quise seguir pensando, si llegara a ocurrir tendría que dejar este bosque, este país, sería terrible, una tragedia.
No quise seguir imaginando nada así que solo me dormí.

Me desperté en la mañana con una sensación extraña en el pecho, presentía que algo malo iba a pasar, no le tome importancia. Me levanté y fui a buscar agua a una llave que se encontraba cerca de la cuidad, los humanos la habían instalado por caso de algún incendio o tragedia, para mí era bastante útil ya que me podía lavar la cara y todo lo que fuera necesario, no iba a andar sucia por la vida. En eso estaba cuando oí a lo lejos gritos, varias pisadas, pero sobre todo gritos, venia gente hacia mí, me asusté, ¿Qué era lo que estaba ocurriendo?, de pronto sentí ladridos, hice lo que generalmente hacia en casos de miedo, subir a los árboles, esconderme y mirar.
Venían perros corriendo hacia mí, los polis venían detrás también corriendo ─ Ahí está─ decía uno, ─ Vamos muchachos tras ella, que no escape─. ¿Ella?, no entendía nada, luego llegaron unos perros a los pies del árbol en el cual me hallaba, se pusieron en dos patas y ladraron en dirección hacia mí, ¡no podía ser!, ¡me estaban buscando a mí!, me estaban persiguiendo, salté al árbol contiguo y me baje para parecer normal. Los perros se me acercaron, ¡Qué horror!, apestaban, ¿Qué no los bañan?, grite ─ ah! Los perros me atacan─
Los policías se me acercaron lentamente, miraron una hoja ─ ella es ─dijo el que tenía el papel en la mano. Sacó una pistola, me apuntó, una escena casi de televisión ─ llevé sus manos a la cabeza, está detenida por homicidio premeditado ─ si lo admito reaccione bastante mal, me asuste demasiado, había un arma enfrente de mí ¿qué podía hacer?, solo reaccione a correr a lo más rápido que pude, obviamente los policías no pudieron verme, solo se percataron de mi ausencia a los pocos segundos después, ─Que alguien la atrape─ gritó uno, de pronto me dieron unas ganas de asesinar a alguien… creo que era ira.






espero que les haya gustado ...voi a ir subiendo los cap x semana =) para los que lo quieran leer
bueno este es el prefacio de mi fanfic llamado insomnio ...
espero que les guste (Y)


Prefacio

Ya no puedo volver al pasado, ya no puedo c­­­­­­­ambiarlo y solo queda afrontar las situaciones, en este caso, la peor.
Tendría que abandonar Canadá, todo lo que tenía hasta ese momento, dos años, mis únicos años de vida desperdiciados… abandonar mi casa, mi bosque, defraudar a las únicas personas que me querían y me tomaban en cuenta.
Nunca pensé en todo lo que podía pasar por culpa de mis actos, ser un vampiro es mucho más difícil de lo que pensé, pero todo cuanto conocía y creía se desvaneció al encontrarme con ellos....